Mi nombre es Amadeos, pero todos me llama Dedos. Mi mejor amigo murió.
Ángel Gabriel, ese era su nombre, y le quedaba como anillo al dedo.
Éramos como una sola persona, yo era todo lo malo y él era todo lo
bueno. Por lo que pueden imaginar mi sorpresa cuando descubrí que las
cartas que dejó escritas después de morir no fueron para mí, sino para
ella, la chica por quien perdió la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario